En una nueva fase de la Operación Lava Jato, bautizada como "Radioactividad" por la implicación de empresas del sector energético, unos 180 policías han efectuado 23 mandatos de búsqueda y captura en las ciudades de Brasilia, Río de Janeiro, Niterói, São Paulo y Barueri.
El principal detenido es Silva, que aunque todavía figura como presidente de la empresa estatal, se apartó temporalmente del cargo en abril, cuando su nombre fue citado por primera vez en el escándalo.
Silva ahora está acusado formalmente de recibir sobornos de las empresas Andrade Gutierrez y Engevix entre 2009 y 2014.
"La corrupción en Brasil es endémica y está en proceso de metástasis", ha dicho este martes en rueda de prensa el procurador Athayde Ribeiro Costa, tras explicar que el pago de sobornos continuó incluso después de que se produjeran las primeras detenciones de la Operación Lava Jato el año pasado.
Las investigaciones ahora se centran en los contratos que las empresas firmaron con Eletronuclear para las obras de la central nuclear Angra 3, en el Estado de Río de Janeiro, unas obras que empezaron en 2009 y que deberían haber terminado este año, aunque la previsión ahora es que terminen, como pronto, en mayo de 2018.
La construcción de la que será la tercera planta de generación nuclear del país ya estaba en el punto de mira porque ha doblado su coste en los últimos seis años, pasando de 7.000 millones de reales (2.000 millones de dólares) a 15.000 millones de reales (4.400 millones de dólares).