Según Andréi Danilenko, presidente de la junta directiva de la Unión Nacional de Productores de Leche, Souzmoloko, actualmente los quesos importados pese al veto pueden alcanzar entre el 5% y el 10% en el mercado ruso.
"No es difícil destruir los alimentos ilegales, pero tampoco se trata de destruir por destruir, se trata de lograr que el contrabando deje de generar beneficios", explica.
A su vez, Alexéi Arónov, director de la Asociación de Productores y Vendedores de Pescado, asegura que el porcentaje de mercancías importadas ilegalmente es mínimo en este sector.
"Las empresas colaboran estrechamente con la aduna para impedir la importación de alimentos vetados", indica.
Los expertos coinciden en destacar la necesidad de un riguroso control a los comercios para que las mercancías ilegales que escapen a la destrucción no lleguen al consumidor.
A este respecto, el responsable de la Confederación Internacional de Asociaciones de Consumidores, Dmitri Yanin, aconseja prestar especial atención a los pequeños comercios.
"Las grandes superficies se preocupan por su imagen, y normalmente son los pequeños locales los que ponen a la venta mercancías de contrabando", argumenta.
"Nadie puede garantizar de que no acaben en un restaurante, y además es una opción más costosa, ya que implicaría el control de calidad, el almacenaje y el transporte al consumidor", resume Yanin.
El pasado viernes, el ministro de Agricultura de Rusia, Alexandr Tkachov, propuso destruir en la frontera los alimentos importados de los países sancionados por Rusia, iniciativa que apoyó el presidente Vladímir Putin.
Moscú limitó las importaciones de alimentos de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega en respuesta a las sanciones impuestas en su contra por estos países a raíz de la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia.
Tema: Sanciones de Occidente contra Rusia
Tanto las sanciones occidentales como el embargo agroalimentario ruso fueron prolongados en junio de 2015, por seis meses en el caso de Europa y por un año en el caso ruso.