Fuest indicó que este hecho se intenta ocultar postergando el plazo de devolución de la deuda y bajando el porcentaje de los pagos, pero "económicamente hablando se trata de un programa de transferencia monetaria para Grecia", país que atraviesa una crisis económica causada por la dilatación de las reformas.
"A pesar de las condiciones ventajosas de los créditos, el país se ahoga en deudas, hecho que confirmará ahora el FMI, de lo que se deduce que los nuevos créditos ya no son créditos, sino transferencias de dinero", aseguró.
Se prevé que el tercer paquete de ayuda financiera a Grecia se debata en el Bundestag el próximo viernes, y una de las posibilidades de encontrar el dinero necesario, según Fuest, sería subir el llamado impuesto de solidaridad del 5,5% al 8%.
El impuesto de solidaridad es un tipo de impuesto que pagan las regiones que integraban la antigua República Federal Alemana a las tierras de la antigua República Democrática Alemana.
Fuest señala que la salida de Grecia de la zona del euro por cinco años, también representaría un gasto adicional, y que Alemania en cualquier caso "tendrá que aumentar los impuestos, incluso si el Bundestag vota en contra del paquete de ayuda y todo termina en el Grexit".
Fuest defiende que la salida de Grecia de la zona del euro y la devaluación posterior de la moneda podría reanimar la rama más importante de la economía nacional, el turismo, además obligaría a los griegos a consumir más productos del país y mejoraría el balance financiero.
La víspera el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, dijo a la emisora de radio Deutschlandfunk que existía la posibilidad de que Grecia abandonara la zona del euro.
"Se trataría posiblemente de la mejor solución para Grecia, y muchos coinciden en ello, por cierto, cada vez se habla más al respecto en la propia Grecia", constató el ministro.