Xi es el último alto cargo caído en la campaña anticorrupción que emprendió el presidente chino, Xi Jinping, cuando llegó al poder tres años atrás.
Ámbitos como las poderosas empresas públicas o el Ejército se incluyen en una campaña dirigida tanto a "moscas" como a "tigres", en palabras del presidente chino.
La Justicia había quedado en principio al margen de escándalos de corrupción desde que el vicepresidente Huang Songyou fuera condenado a cadena perpetua en 2010.
La noticia de la investigación de Xi no aclara si ha sido despedido, pero su biografía había sido borrada de la página web del Tribunal Popular Supremo poco después de que fuera publicada en la agencia de noticias Xinhua.
Xi, de 61 años y miembro del Partido Comunista de China (PCCh) durante cuatro décadas, detentaba el cuarto cargo más importante en el tribunal y estaba especializado en casos económicos.
El ahora investigado gozaba de gran respeto en la comunidad legal por sus conocimientos y esfuerzos en la reforma de las leyes societarias.
Se trata del mayor oficial investigado desde la condena a cadena perpetua dictada contra Zhou Yongkang, el antiguo jefe de la seguridad nacional.
Zhou también supervisaba el funcionamiento de la Justicia.
El Tribunal Popular Supremo había anunciado en un informe publicado meses atrás que ya habían sido corregidos todos los "efectos" dejados por Zhou.