"Seguimos un patrón internacional porque cada día más brasileños viajan a otros países. El nuevo documento incluye una serie de mecanismos que lo hacen más seguro tanto en las informaciones que contiene como en su uso", explicó el Ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, durante la presentación del mismo en Brasília.
De hecho, más allá de que la validez del documento pasará de cinco a diez años, la mayor novedad del nuevo pasaporte será la incorporación de la criptograma de curvas elípticas "brainpool" para la firma digital, un sistema que además proporciona más seguridad a los datos almacenados en el chip, así como, modificaciones en la imagen invisible fluorescente incorporada en las páginas del mismo.
El pasado 29 de abril de 2014, durante una serie de combates entre fuerzas gubernamentales de Yemen y terroristas de Al Qaeda en las proximidades de la ciudad de Azzan, fueron encontrados diversos pasaportes brasileños entre los 12 yihadistas fallecidos en los combates que llamaron la atención del Ministerio de Exteriores de Brasil debido a la perfección con la que fueron falsificados, incluso se llegó a la conclusión de que algunos de ellos era verdaderos.
De hecho, no es ningún secreto que los pasaportes brasileños son unos de los más codiciados en el mercado negro internacional debido a la facilidad para su falsificación y a que cualquier ciudadano, desde un hombre blanco con ojos azules a otro negro o de facciones asiáticas, puede ser originario de un país con importantes colonias alemanas, italianas, holandesas, japonesas o sirias asentadas desde hace generaciones en su territorio.
Según la información facilitada en su web por el periodista brasileño Carlos Amorim, el precio de un pasaporte brasileño original, robado o vendido por su propietario, puede alcanzar un precio de entre 10.000 y 15.000 dólares en el mercado negro, especialmente si incluye un visado expedido por la Embajada Norteamericana en Brasil, es decir, si permite la entrada y salida a los EEUU, de ahí el interés de los grupos terroristas por este tipo de pasaporte en particular.
Mientras tanto, el diario británico The Telegraph indicó que una copia tailandesa, Bangkok es uno de los grandes centros mundiales de la falsificación de pasaportes, puede obtenerse entre los 1.500 y 3.000 dólares, un precio superior a los pasaportes europeos y similar al de un pasaporte estadounidense o canadiense, aunque bien es cierto que en las calles de Bangkok circulan copias de escasa calidad por apenas 500 dólares.
En 2011, el periódico japonés "Yomiuri Shimbun" informó que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, utilizó un pasaporte brasileño para visitar Japón el 12 de mayo de 1991, con el único objetivo de cumplir su sueño de visitar la Disneylandia de Tokio, una circunstancia posible debido a la colonia de 2,6 millones de japoneses del país con su principal foco instalado en el barrio de "Liberdade", en pleno centro de la ciudad de Sao Paulo.
