"Sería un símbolo en memoria de mi padre", dijo en una entrevista a la cadena Kultura y mencionó que quiere aprender la lengua de su padre, recibir el pasaporte ruso y volver a llamarse Elena Vladímirovna Maiakóvskaya.
Actualmente, sus excolegas y cartero la conocen como Patricia Thompson, en casa la llaman por su nombre ruso, Elena Vladímirovna.
Thomson recordó que "cuando llegué por primera vez a Rusia, bajé del avión y al ver la tierra rusa, me arrodillé y besé el suelo".
La hija de Maiakovski es doctora en filosofía por la Universidad de Nueva York.
A veces preguntaba a sus estudiantes si había habido una guerra entre Rusia y EEUU, que le contestaban que sí. “No”, indicaba la profesora añadiendo que los dos países viven en paz desde hace 300 años.
“No tenemos derecho de arruinar eso”, insistía.
Su apartamento ruso parece un filial del Museo Maiakovski, con 40 tomos de archivos de la familia, más de 1.000 publicaciones científicas y culturales.
La hija del gran poeta dice estar dispuesta de entregar en cualquier momento todos estos tesoros a investigadores rusos que se especializan en las obras de su padre.