A favor del documento, presentado por Gran Bretaña, votaron 10 miembros del Consejo, otros cuatro, en particular China, se abstuvieron.
Antes de la votación, el embajador ruso ante el organismo, Vitali Churkin, pidió honrar la memoria de los fallecidos en Srebrenica con un minuto de silencio.
Churkin dijo que la aprobación del documento "sería un paso contraproducente y perjudicaría la situación en la región", por falta de acuerdo al respecto en la misma Bosnia y Herzegovina.
El diplomático ruso señaló que el documento incluye intentos de presión sobre Bosnia y Herzegovina así como Serbia.
"Estamos convencidos de que el rol de Consejo de Seguridad es fortalecer las bases de la paz y seguridad internacional y no aflojarlas", sostuvo.
Por su parte, la embajadora de EEUU ante la ONU, Samantha Power, expresó que el veto de Rusia "le rompe el corazón a las familias" de las víctimas de aquella tragedia y es "una mancha en la historia" del Consejo de Seguridad.
Mientras el presidente de Serbia, Tomislav Nikolic, llamó este miércoles "un día muy importante" para los serbios.
"No solo porque (el veto) ha salvado a toda la nación serbia de una mancha en ese intento de declarar un genocidio, sino también porque hoy Rusia ha demostrado ser un amigo verdadero y honesto", manifestó Nikolic citado por el portal Balkan Insight.
La Cancillería rusa calificó el proyecto británico de inaceptable por ser "motivado políticamente, desequilibrado y dañino" para la paz en la península balcánica.
Según el Ministerio, la resolución atribuye la responsabilidad de aquellos acontecimientos en Srebrenica solo a los serbios y no considera que ellos mismos también fueron víctimas de la tragedia.
Moscú recuerda haber presentado a la ONU su proyecto de la resolución, encaminado a la reconciliación nacional.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró en junio pasado que la resolución tiene un "carácter absolutamente antiserbio" y provocará más tensión étnica en los Balcanes.
El presidente del Consejo ruso para Política Exterior y Defensa, Fiódor Lukiánov, señaló que Rusia y Occidente siempre han tenido posturas diferentes respecto a la guerra de Bosnia y así seguirá en el futuro.
"Han aumentado aún más (las discrepancias), y cuando tratan de cargar la culpa en Serbia, Rusia lo cree injustificado y trata de impedirlo", explicó Lukiánov a RIA Novosti.
Tras anunciar Bosnia y Herzegovina su salida de la República de Yugoslavia en 1992, estalló una guerra en la que tomaron parte musulmanes bosnios, serbios y croatas.
El asesinato de 8.000 musulmanes a manos de los serbobosnios fue el episodio más cruel de esta conflagración que concluyó en 1995.
El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y la Corte Internacional de Justicia calificaron estos crímenes como genocidio.