"Es un momento crítico en la crisis económica de Grecia y continuaremos haciendo lo que sea necesario para proteger nuestra seguridad económica en estos tiempos inciertos", señaló un portavoz del dirigente conservador.
Más de dos millones de británicos viajan a Grecia cada año, además de los 40.000 afincados en el país, que pueden encontrar obstáculos para acceder a sus cuentas bancarias o cobrar las pensiones.
Reino Unido está más protegido de la crisis que los países de la zona euro, pero las entidades financieras británicas tienen un descubierto con Grecia de 10.800 millones de euros (más de 15.000 millones de euros), de acuerdo con datos del instituto Open Europe.
En la reunión de Downing Street, Cameron revisará con el ministro del Tesoro, George Osborne, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Marc Carney, el plan de contingencia elaborado para hacer frente a la crisis de Grecia y del eurogrupo.
Antes del referendo, que dio una amplia victoria al NO a las duras condiciones del último plan de rescate internacional, el primer ministro anticipó que este resultado forzará a Grecia a abandonar el euro.
El rechazo de la oferta de la Troika implica, según Cameron, "un muy importante default y un muy significativo problema" al tiempo que Osborne reconoció que Reino Unido "no puede quedar inmune" a la crisis.
El ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, asistió también al encuentro de urgencia en Downing Street en anticipación de fuertes recortes –por valor mínimo de 12.000 millones de libras- en el gasto de seguridad social, cuyos detalles se anunciarán esta semana.
La decisiva reacción del electorado griego ha impulsado llamamientos de protesta contra la austeridad en distintas ciudades de Reino Unido.