"El Gobierno, por un lado, apuesta por el efecto de la euforia en la sociedad griega, y por otro, por el miedo de los acreedores a que Grecia se desprenda quién sabe adonde y que las consecuencias para la zona euro sean totalmente impredecibles; imposibles de calcular", señaló el experto.
Lukiánov señaló que esto, "según el Gobierno griego, obligará a la UE ha hacer determinadas concesiones".
Sin embargo, advirtió que los líderes europeos también tendrán grandes limitaciones a la hora de plantear esas concesiones.
"Los líderes de, por ejemplo, Alemania o Francia, no pueden ahora decir 'está bien, cedemos'; eso sería políticamente incorrecto", subrayó el experto.
Según Lukiánov, la situación interna del país "cambiará sin lugar a dudas" tras el referendo.
El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis anunció este lunes su dimisión a solicitud del primer ministro del país.
La víspera el exprimer ministro, Antonis Samarás, líder del partido Nueva Democracia y principal oponente de Tsipras, anunció también su dimisión.
"La dimisión de Varufakis indica que el Gobierno griego quiere ponerse de acuerdo con los acreedores, pero las condiciones de tal acuerdo son totalmente incomprensibles", señaló Lukiánov.
El político ruso reflexionó que, más allá del mandato otorgado, "el Gobierno griego tiene un margen muy estrecho para maniobrar", señalando que ninguna de las partes está interesada en la salida griega de la zona euro.
En primera instancia, porque no queda claro cómo sobreviviría el país en un período de transición.
"La parte europea apuesta no por una salida de Grecia de la zona euro, sino por que la situación en el país empeore bruscamente, ahora no hay dinero alguno", indicó.
Lukiánov argumentó que "si el Banco Central Europeo se demora en la entrega de ayuda extra, la situación en el país se complicará significativamente; la burocracia europea cuenta con acorralar a Tsipras y entonces tendrá que ceder o habrá otro gobierno con el cual se podrá llegar a un acuerdo más fácilmente".
"Los resultados han causado un gran impacto, pero la paradoja reside en que no se sabe por qué votaron los griegos", observó.
El experto concluyó que "por ello la situación se torna confusa; todos hablan ya de que habrá que condonar antes o después la deuda griega, pero en una situación en la que Grecia está a la ofensiva, nadie estará dispuesto a dar ese paso".
Un 61,3% de los griegos votaron 'No' a la oferta de rescate por parte de la troika, frente al 38,7% que apoyaron la última versión del acuerdo con los acreedores.
El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, aseguró después de la votación que el mandato recibido en las urnas no significa una ruptura con Europa.