Nos quejamos del terrorismo, sin embargo precisamente nuestro imperio es el más grande terrorista en el planeta. Nosotros bombardeamos, invadimos, subvertimos otros estados
— Gore Vidal, 1925-2012
La esperanza de la mayoría de los siete mil millones de personas de nuestro globo terrestre es vivir en paz, seguridad y prosperidad pero esto se aleja cada día más a medida que el Pentágono, guiado por el complejo militar-industrial, toma lentamente el poder de decisión estatal en sus manos.
La reciente publicación por el Departamento de Defensa del documento “2015 National Military Strategy of the US” (NMS) confirma la decisión de EEUU de gobernar el mundo usando fuerza militar.
En su introducción, el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Martin Dempsey da un claro mensaje al pueblo norteamericano de estar preparado para las futuras guerras sin fin. Justifica su mensaje guerrero a la imposibilidad de predecir la seguridad mundial debido al desorden global que se incrementó dramáticamente desde el 2011 lo que está afectando la seguridad nacional de Norteamérica. Afirma el general que los “futuros conflictos van a ser más prolongados y en condiciones desafiantes…Debemos estar preparados para adaptarse rápidamente a los nuevos peligros y seguir manteniendo una ventaja comparativa sobre los desafíos tradicionales”.
Corea del Norte es el tercer país cuyas armas nucleares y misiles balísticos representan peligro para la seguridad de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. El documento también menciona a China por su política expansionista en el Mar de China Meridional pero señala al mismo tiempo que “la administración de Obama quiere apoyar al desarrollo de China y verla como un socio de EEUU en la seguridad internacional”.
En octubre del 2014, el ex secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, declaró que la guerra contra el Estado islámico durará por lo menos unos 30 años. Parece que en este plazo los estrategas “iluminados” esperan subyugar el Medio Oriente, occidentalizar su cultura y mantener Rusia y China en permanente tensión debido a la expansión del Estado Islámico hacia el Cáucaso, Asia Central, a la misma Rusia donde el 30 por ciento de la población son musulmanes y a la Región Autónoma Uigur de Sinkiang en China donde la población musulmana es alrededor de 134 millones. Esto significa que la estrategia de Washington está basada en el doble uso de los movimientos y organizaciones islámicos para reforzar la hegemonía norteamericana a través de las guerras, conflictos armados, rivalidad étnica o religiosa.
En realidad si examinamos detenidamente la “Estrategia Militar Nacional 2015” encontraremos que este documento es como un vino viejo en una botella nueva. El predominio militar global fue expresado en todos los documentos del Pentágono en los últimos dos años. Sin embargo, fue la primera vez que Rusia se convirtió en el “estado revisionista” número uno. También en el NMS 2015, el Pentágono prácticamente se opone a los intentos de Barack Obama para atraer a su lado a Irán para tener más facilidades para rodear a Rusia y China. Enfocar el problema en Rusia tampoco le trae nuevos dividendos a Washington ya que sabe perfectamente que las fuerzas armadas norteamericanas no tienen experiencia para hacer la guerra contra un país como Rusia pues el Pentágono siempre supo elegir enemigos fáciles y débiles como presas.
Cuando intentó alguna vez enfrentarse con países con voluntad de resistir, como Corea o Vietnam o inclusive Somalia durante el gobierno de Reagan, tuvo que sentir lo que significa la derrota. Pero nunca aprendió nada. La fuerza de los militares norteamericanos reside en el uso de la tecnología pero como combatientes no se comparan ni con los rusos, alemanes o japoneses. A la vez, tampoco podemos olvidar que los combatientes chinos resistieron a la invasión japonesa de 1931 a 1945 lo que no permitió al Japón a transferir 1,5 millones de soldados al frente soviético que estaba planificado inicialmente por Alemania de Hitler y Japón.
Entonces todas estas estrategias militares tienen sus limitaciones y defectos. El Pentágono lo sabe perfectamente pero el deseo de poder y la presencia de los líderes como el burócrata del Departamento de Defensa y su actual secretario Ashton Carter, ligado al complejo industrial-militar hacen aumentar la agresividad de los militares norteamericanos. Respecto a Rusia y China, en términos militares son más palabras y gestos que los hechos reales. El mismo Ashton “Ash” Carter quien era en la época de Reagan el coautor del proyecto de “Guerra de las Galaxias” (Star War) que era pura propaganda para asustar a los soviéticos, hacerles gastar más en armamento y lo más importante quebrar la voluntad de su pueblo. Los estrategas militares saben que a un pueblo con voluntad quebrada es fácil de conquistar.
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La percepción de la realidad del presidente Obama se basa en los informes de inteligencia y de sus asesores. En las actuales condiciones norteamericanas, la CIA es politizada y privatizada igual como los “iluminados” estrategas de la Casa Blanca. De allí vienen las conclusiones de Obama que “Hoy día América es fuerte y unida con sus aliados, mientras que Rusia está aislada y su economía está en ruinas”. Parece una declaración sin pies ni cabeza y ser lejos de la realidad. Los rusos siguen su camino sin alteración de sus planes de desarrollo y ya están apareciendo a nivel internacional las organizaciones como el grupo BRICS que en un momento determinado podrían desafiar la hegemonía de Norteamérica.
Los estrategas del Pentágono están atentos a estos cambios y tratan de apresurarse a ganar nuevos espacios geopolíticos y económicos. África representa un interés especial para el Africom (Mando Militar África de EEUU) que en 2014 estaba activo en 49 países africanos del total de 54 naciones. El periodista norteamericano Nick Turse escribió en su libro “The Pivot to Africa” que “del norte al sur, del occidente al oriente, en Cuerno de África al Sahel, el corazón del continente a sus islas, los militares estadounidenses están trabajando permanentemente, construyendo las bases, cooperando en seguridad, entrenamiento, asesoramiento, misiones de las fuerzas especiales, red creciente de logística, tratando de expandir el Africom.
Actualmente el Pentágono en su guerra expansiva considera que todo en nuestro planeta está interconectado y la única posibilidad de controlar el mundo es estar presente en todos los lugares claves. Por supuesto que el Departamento de Defensa no puede mandar los grandes contingentes militares a los países de su interés, para esto está aumentando sus fuerzas especiales que ya están en 133 países y que constituyen el 70 por ciento de las naciones del mundo. Las oficinas regionales de estas fuerzas especiales están ubicados en 14 países: Australia, Brasil, Canadá, Colombia, El Salvador, Francia, Israel, Italia, Jordania, Kenia, Perú, Polonia, Turquía y el Reino Unido.
Las bases militares de EE.UU. en América Latina están en un permanente crecimiento. En total en el continente hay más de 85 bases militares norteamericanos, decenas de ellas son clandestinas. Ya están en proyecto bases militares en Paraguay y las nuevas en Aruba, Curacao, Colombia, Chile y Perú. A la vez en Europa la OTAN bajo la dirección de Estados Unidos está creando bases en los países vecinos de Rusia.
También, el Pentágono está exigiendo a sus socios europeos aumentar los gastos militares ya que actualmente EEUU está pagando el 72 por ciento del presupuesto de la OTAN, mientras, los aliados son muy reluctantes, especialmente en condiciones de crisis, para aumentar su presupuesto militar. Su armamento está envejecido y las declaraciones de formar una fuerza de rápida reacción de 42,000 militares constituyen parte de la propaganda.
Estados Unidos también tiene serios problemas presupuestales que obligan a su gobierno a reducir permanentemente los programas sociales, gastos de educación, de innovación y la infraestructura que en el 2014 fueron recortados del 3,2 a 2,1 por ciento del PBI. Sin embargo, los gastos militares alcanzan unos 600 mil millones de dólares al año y si agregamos gastos del arsenal nuclear, las operaciones militares de la CIA, programas de la NASA vinculadas al sistema de misiles y muchos otros, llegaríamos a una cantidad cercana al millón de millones de dólares. Mientras tanto, 2,5 millones de niños norteamericanos viven en albergues, coches o en la calle. Pero esto no le interesa al Pentágono ni a su amo el complejo industrial-militar. Las 10 grandes empresas que pertenecen a este complejo emplean más de 700 mil trabajadores y sus ganancias en el 2014 alcanzaron 146 mil millones de dólares (Lokheed Martin 36 mil millones de dólares, Boeing-31 mil millones, General Dynamics-23 mil millones, Raytheon-22 mil millones, Northroop Grumman-21 mil millones, L-3 Communications-12 mil millones y United Technologies- 11 mil millones de dólares).
Para seguir adelante necesitan guerras y conflictos armados permanentes. Como dijo Martin Luther King: “La violencia engendra violencia como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo”.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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