La declaración añade que "con el objetivo de compensar el daño moral Georgia exige a las autoridades rusas 70,32 millones de euros, basándose en las decisiones del Tribunal de Estrasburgo con precedentes en casos similares".
El 3 de julio de 2014 el Tribunal Europeo falló a favor de Georgia, al establecer que Rusia violó una serie de puntos de la Convención Europea de Derechos Humanos al expulsar de su territorio a ciudadanos georgianos en 2006.
Moscú, por su parte, indicó que las violaciones señaladas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se refiere solo a la deportación de inmigrantes ilegales, pero que el tribunal no estableció hechos de expulsión de ciudadanos de Georgia que estuviesen en Rusia legalmente ni violaciones los derechos de los georgianos que tienen la ciudadanía rusa.
El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no menciona el monto de la compensación.
Según el tribunal, Rusia y Georgia debían presentar en el transcurso de 12 meses observaciones al respecto e informar al tribunal sobre el acuerdo al cual podrían llegar.
Tras el brusco deterioro de las relaciones entre Georgia y Rusia a finales de septiembre de 2006 por el arresto en Tiflís de oficiales rusos acusados de espionaje, la parte georgiana comenzó a señalar violaciones de los derechos humanos durante la repatriación de ciudadanos georgianos.
Según las autoridades georgianas, al menos 2380 ciudadanos georgianos estuvieron recluidos en malas condiciones.
Los representantes de los servicios de migración rusos expresaron que se trataba de inmigrantes ilegales georgianos y que el trato en relación a estos no se diferencia del trato a los inmigrantes ilegales de otros países.
Georgia rompió las relaciones diplomáticas con Rusia en respuesta al reconocimiento por parte de Moscú de la independencia de Abjásia y Osetia del Sur en agosto de 2008, tras la agresión armada de Tiflis contra Tsjinval.
Los representantes del nuevo Gobierno de Georgia que asumieron el poder tras las elecciones parlamentaria del 1 de octubre de 2012 establecieron entre sus máximas prioridades en política exterior la normalización de las relaciones con Rusia.