Para Klare, más allá del consenso respecto a la necesidad de aplastar al Estado Islámico (EI), evitar que Irán consiga la bomba atómica y armar a Israel, es sorprendente la confusión del pensamiento estratégico "entre los responsables políticos del Gobierno de Obama y sus opositores republicanos".
Así, mientras el republicano Jeb Bush y otros consideran que Rusia representa "la mayor amenaza para los intereses globales de los Estados Unidos", otros estrategas, mayoritarios entre los asesores cercanos al presidente Obama, señalan como gran problema a China y sus supuestos planes expansionistas y militares, así como su imparable poderío económico en las regiones de Asia-Pacífico, África y Latinoamérica.
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Decidir entre uno u otro supondrá, por ejemplo, apostar por armar a países como Ucrania, reforzando de paso el músculo de la OTAN en el Este de Europa, o bien olvidarse relativamente de lo que allí suceda y concentrar casi todos los esfuerzos en la región Asia-Pacífico.
Finalmente Washington se verá obligada a elegir, "y esa decisión sellará el curso de la historia", escribe el analista, que llama la atención que buena parte de ese futuro pueda jugarse en las elecciones presidenciales de 2016.
Según Klare, una victoria de Hillary Clinton centraría los esfuerzos en China, "considerada como una amenaza a largo plazo", mientras que "una victoria republicana consagraría, sin duda, a Rusia como enemigo número uno".