La mayor parte de los extremistas fueron abatidos con misiles desde helicópteros y cazas.
Según una fuente del mando de la operación militar, citada por la cadena, el número de soldados egipcios muertos y heridos asciende a 60; los combates todavía continúan.
Los ataques fueron realizados por yihadistas de la célula local del grupo Estado Islámico en las afueras de las ciudades de Rafá y Sheij Zuweid en Sinaí del Norte, la provincia más inestable de Egipto.
Las acometidas extremistas se recrudecieron en Egipto tras la destitución del presidente islamista Mohamed Mursi en 2013.