Sobre la tumba del piloto se alzó una cruz de madera simple, en donde no está ni su nombre completo, ni su apellido, sino su diminutivo doméstico, Andy.
Los familiares y amigos colocaron flores y coronas sobre su tumba.
Para que el sepelio transcurriese en calma fue necesario cerrar el cementerio.
"Quedarás en nuestros corazones, con amor, mamá y papá", reza la cinta de una corona.
A fines de marzo de este año, el Airbus A320 de la compañía alemana Germanwings que volaba de Barcelona a Drusseldorf se estrelló en el sureste de Francia.
Murieron todos los pasajeros y la tripulación del avión, 150 personas.
Las grabaciones encontradas en las cajas negras de la nave indican que el siniestro fue provocado por las acciones premeditadas del segundo piloto, el alemán Andreas Lubitz.