"Hemos obtenido nuevos datos científicos y hemos revelado una correlación estadísticamente significativa entre la fiebre del ébola y la hepatitis B, ya que a los contagiados del ébola se les detectó en muchas ocasiones la hepatitis B, con una tasa de mortalidad alta", dijo Popova.
Asimismo, señaló que el Acido Ribonucleico (ARN) del virus se preserva en la leche materna durante 58 días desde el contagio, lo que crea otra vía de la difusión de la enfermedad.
El último brote del ébola surgió en África Occidental en febrero del año pasado, afectando especialmente a Guinea, Liberia y Sierra Leona, y ya se ha cobrado unas 11.145 vidas.
El virus, detectado por primera vez en Sudán y Zaire en 1976, se transmite por contacto con sangre, líquidos orgánicos o tejidos de las personas infectadas, aunque también se han registrado casos de contagio por contacto con animales enfermos o cadáveres humanos.