Los turistas salen de Túnez pese a los intentos de las autoridades del país de convencerles de que han sido tomadas todas las medidas necesarias.
Según el medio, el aeropuerto más grande de Túnez, Enfidha, situado cerca de Susa, registró para la noche del viernes la cancelación de 13 vuelos desde Londres, Manchester, Ámsterdam, Bruselas y San Petersburgo.
A su vez, los turistas indican que las agencias de viajes les han recomendado regresar a sus países ya que "es imposible garantizar su seguridad".
El turismo constituye el 20% de los ingresos públicos de Túnez en divisas extranjeras. En el sector trabajan unas 500.000 personas y otro millón están relacionadas con él en algún modo.
Las autoridades tunecinas ya han calificado el atentado de "un golpe horrible si no fatal contra la economía nacional" ya afectada por el ataque en el museo Bardo perpetrado en marzo que redujo los ingresos turísticos en un 27% en comparación con el año pasado.
El viernes en el balneario tunecino de Port el Kantaoui un hombre que se hizo pasar por un veraneante abrió fuego contra turistas en la playa. Posteriormente el ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.