La obra de 320 km y 30 pulgadas de diámetro conectará a los productores de gas de esquisto de Eagle Ford Shale, en Texas, con los consumidores en Monterrey, capital del estado de Nuevo León, tercera ciudad de México, anunció en un comunicado la empresa texana Howard Energy Partners (HEP).
El gasoducto partirá desde el nodo del condado Webb, al sur de Texas, hasta Nuevo León, donde se conectará con el Sistema Nacional de Gasoductos en México, para atender la demanda mexicana, dijo HEP, con sede en San Antonio (Texas).
En el marco de la reciente reforma constitucional que abre por primera vez en 75 años el sector energético mexicano a la inversión privada, el Gobierno de Enrique Peña Nieto ha hecho esta misma semana el cuarto lanzamiento de licitaciones de infraestructura de gasoductos y energía eléctrica.
El nuevo gasoducto ha sido anunciado dos días después de que el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza, anunciara la próxima licitación de cinco gasoductos, tres ramales de gas natural, cuatro centrales de generación de energía eléctrica, tres proyectos de líneas de transmisión y nueve proyectos de distribución de energía, en un paquete valuado en unos 10.000 millones de dólares.
México construirá en total 2.300 km de ductos gasíferos, con el propósito de incrementar 75% el sistema nacional de gasoductos hasta 2018, al final del mandato de Peña.
Los cinco nuevos gasoductos en tierra y marinos, costas afuera, conectarán la zona norte de México con el Centro y Bajío, para importar mayor cantidad de gas a mejor precio de EEUU, país que ha experimentado un boom en la producción de hidrocarburos en rocas de esquisto (shale en inglés), dijo el director de la CFE.
En 2012, cuando comenzó el Gobierno de Peña, la red de gasoductos no era un sistema porque no estaba realmente interconectado.
El nuevo anuncio de inversión para la interconexión binacional gasífera es el segundo tras la entrada en vigor de la histórica reforma energética, luego que el 28 de marzo pasado la estatal Pemex firmó el primer contrato de inversión extranjera en el sector energético de México con las firmas BlackRock y First Reserve, por 900 millones de dólares de un gasoducto que conecta con EEUU.
Las firmas adquirieron una participación conjunta de 45% en el gasoducto Los Ramones II, que con 745 km de longitud llevará gas desde Nuevo León a la industria mexicana en Guanajuato, en el centro de México, conectado con otro gasoducto a EEUU, recién inaugurado el año pasado.
La primera parte del gasoducto (Los Ramones I), va desde la zona de la producción de gas de esquisto en Eagle Ford en Texas hasta Los Ramones, Nuevo León, y fue inaugurado el 2 de diciembre de 2014 por el presidente Peña.
Las importaciones de gas desde EEUU a México (décimo productor mundial de petróleo crudo), suman alrededor de 30% del abastecimiento y consumo total de ese combustible en el país latinoamericano, que también compra la mitad de todo el gas que exporta Perú desde los campos de Camisea.
De acuerdo con el Gobierno de México, en tres años, los precios podrían regresar a una banda de 70 a 100 dólares por barril en 2018.
La esperanza está en una zona del estado de Coahuila limítrofe con EEUU, parte de la rica cuenca de Eagle Ford, donde la costosa tecnología de fractura hidráulica ha disparado la producción estadounidense de hidrocarburos a niveles históricos.