Morales asegura que entre EEUU y Rusia, a pesar de la actual retórica militarista, "nunca se han roto los puentes" porque siguen negociando frente a amenazas comunes como es el terrorismo yihadista.
El documento del think tank español señala que el conflicto de Ucrania "ha causado el mayor deterioro en las relaciones entre Occidente y Rusia desde la Guerra Fría", lo que supone "un inaceptable foco de inestabilidad para la UE".
Morales, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Madrid y coordinador del estudio que se ha realizado a lo largo de un año de trabajo, cree que Ucrania es un conflicto "localizado" y rehúsa hablar de una nueva "guerra fría" para describir la actual situación, a pesar de la escalada de la tensión.
Tema: Situación en Donbás (verano de 2015)
Para la Fundación Alternativas, la Unión Europea cometió errores y ayudó a "agudizar la fractura de Ucrania", al alentar las movilizaciones del Euromaidán y prometiendo unas concesiones que no podía cumplir.
Nicolás Sartorius, director de la fundación, estimó que las sanciones impuestas por la UE "denotan incompetencia política", ya que la dialéctica política posterior muestra la falta de previsión ante la respuesta que podía ofrecer Moscú.
"El presidente ruso, Vladímir Putin, no tenía una situación idílica en Rusia con una creciente oposición, pero estos movimientos le han fortalecido", señaló.
El documento pide "aceptar a Moscú como una gran potencia con la que es necesario trabajar para construir un espacio de seguridad compartido" y rechaza "la guerra fría basada en la contención".
Morales y Sartorius recordaron que "Rusia es Europa", pero que "una Rusia aislada será menos dialogante y más agresiva, ya que optará por buscar socios alternativos en otros continentes —China o los demás BRICS— en lugar de restaurar sus relaciones con el resto de Europa".
La negación del "carácter europeo de Rusia" y de "su legitimidad para participar en las decisiones políticas que afectan a todo el continente" solo refuerza los "argumentos del nacionalismo radical ruso, llamado 'euroasianismo', basados en la incompatibilidad entre su cultura y la occidental", explica.
La Fundación reclama a Kiev que avance en una "reforma constitucional" que otorgue a Donetsk y Lugansk "un encaje dentro del Estado que satisfaga las aspiraciones de autogobierno de sus ciudadanos".
La única solución viable "pasaría por una amplia autonomía dentro de un Estado ucraniano federal o muy descentralizado, que les permitiera elegir a sus propios líderes y proteger sus vínculos económicos y culturales con Rusia, sea cual sea el partido que gobierne en Kiev".