"La oposición arranca por primera vez en una posición muy buena, porque por primera vez sus números son favorables. Arranca muchísimo mejor que lo usual. Desde que el chavismo está en el poder es la primera vez que la oposición está por arriba y es favorita, lo cual no quiere decir que gane, porque falta mucho para las elecciones y pueden pasar muchísimas cosas", dijo León, director de la consultora Datanáslisis.
La oposición tiene 42% de las intenciones de voto, contra 22% del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder), según el último sondeo del Datanálisis, realizado en mayo. De continuar esta tendencia, el oficialismo podría perder la Asamblea Nacional por primera vez desde 1999.
En 2010, el oficialismo ganó las legislativas por estrecho margen, mientras que en 2005 los principales partidos de la oposición decidieron no presentarse.
"Es sin duda la oportunidad más importante de triunfo que la oposición ha tenido en 18 años. Es la primera vez que parte en una elección en la cual es mayoría, en la cual si se maneja bien podría obtener un triunfo numérico. Pero de nuevo, nada está escrito, aunque el solo hecho de que haya logrado acuerdos básicos y tener sus candidatos es importante, porque le permite lanzarse a la campaña", dijo León.
FALTA DE UNIDAD
Para el analista, una de las características y puntos débiles del actual bloque opositor es su falta de unidad.
Lo que los une, añadió, es "el deseo de ir a la elección contra el chavismo".
"En términos generales han llegado a acuerdos positivos. Pero existen intereses distintos y muy particulares, muchos quieren ser protagonistas, y hay distintas ideas sobre cómo plantear esa lucha", dijo León.
En este sentido, "en la oposición hay básicamente dos visiones de fondo bien distintas".
"Por un lado están los que piensan que la elección es la herramienta, vía negociación política, para lograr cambios reales, para recuperar espacios democráticos, para llegar a una elección presidencial en 2019 y generar un cambio real, que desemboque en mejoras para el país".
El analista opinó que si esta vertiente más radical cumple sus objetivos las consecuencias serían negativas para la propia oposición.
"En mi opinión esta última vía sería peligrosa, desestabilizante, y además dejaría en los hombros de la propia oposición el rescate de una economía destruida, y harían muy débil a ese nuevo Gobierno", afirmó.
Por su parte, el Gobierno chavista intentará alimentar estas diferencias y provocar una fractura en la oposición, según León.
"El Gobierno va a provocar permanentemente esa división, sobre todo a los radicales, para intentar que la oposición se fracture, que se peleen entre ellos. Esa estrategia va a ser muy clara en la campaña chavista", dijo.