Si el año próximo el Gobierno no logra un acuerdo con los holdouts (un puñado de tenedores de deuda que rechazaron los términos de dos renegociaciones de deuda, en 2005 y 2010), el pago de intereses demandaría apenas 4.200 millones de dólares, afirma un reporte de la consultora argentina Econométrica al que tuvo acceso Sputnik Nóvosti.
Si en cambio hubiera arreglo con los 'fondos buitre', "el servicio de la deuda se incrementa a cerca de 9.300 millones de dólares, al destrabar pagos bloqueados durante 2014 y 2015 (2.700 millones), más los correspondientes a 2016 (1.300 millones), y otros 1.000 millones de dólares en intereses que demandaría un potencial acuerdo con los holdouts", indica el informe.
El documento, firmado por el economista Ramiro Castiñeira, plantea como hipótesis que dicho acuerdo implique una quita de 30% sobre los 25.000 millones de dólares que el fallo judicial estadounidense otorgó a todos los holdouts, y se pague con un bono a una tasa de 6% anual, lo que incrementaría el desembolso por intereses en unos 1.000 millones de dólares anuales, equivalentes a 0,2% del producto interno bruto (PIB).
"Los 'buitres' hasta ahora no han dado muchas señales de estar abiertos a una negociación. Tienen sentencia firme a favor, y quieren cobrar todo", dijo Cibils a Sputnik Nóvosti.
"A lo sumo se verá cuánto en efectivo y cuánto en bonos, y bajo qué términos y condiciones, pero no parece haber mucha intención de negociar más allá de eso", opinó.
En cambio, Castiñeira dijo a Sputnik Nóvosti que "para la tribuna" los fondos buitre se pueden poner muy duros, "pero todo indica que van a tener que negociar" y, además "el próximo Gobierno, aunque pague, va a tener que mostrar que logró alguna quita" por pequeña que sea.
En caso de acuerdo "todo el servicio de la deuda sumará menos de 2% del PIB", añadió.
A juicio del economista, Argentina tendrá en 2016 un "punto a favor muy importante: ni un solo vencimiento de capital en dólares".
Brasil, por ejemplo, tendrá una necesidad de financiamiento "de 17% de su PIB entre vencimientos de capital e intereses", y respecto del nivel de endeudamiento "solo Chile tiene guarismos similares a los de Argentina", afirmó el economista, para quien "el stock total de la deuda pública con privados no pasará de 15% del PIB en 2016".
Cuando, el 16 de junio de 2014, quedó firme el fallo favorable a los holdouts dictado en 2012 por el juez estadounidense Thomas Griesa, Argentina entró técnicamente en default.
Griesa había ordenado a Argentina pagar el total de los papeles en poder de los holdouts a valor nominal.
Como el Gobierno se negó a cumplir, alegando que podía provocar reclamos similares de los demás tenedores de deuda que sí habían aceptado las renegociaciones y quitas, el magistrado bloqueó en bancos estadounidenses otros pagos de vencimientos que Buenos Aires se disponía a efectuar, dejando al país sudamericano en default.
Sin embargo, en el año transcurrido el riesgo país cayó de 800 a 580 puntos.
Para el economista Cibils "es imposible definir hoy qué va a pasar en 2016", pues "Argentina no permite esos lujos", si bien este asunto depende "en gran medida de quién gane las elecciones".
En todo caso, para Castiñeira la crisis de los holdouts no reviste gravedad "porque el desendeudamiento es real y se logró en base a una política económica".
Desde el bloqueo del juez Griesa hasta ahora "Argentina acumuló impagos por 1.200 millones de dólares", cuando una medida similar a inicios de 2000 "hubiera determinado un impago de más de 20.000 millones de dólares", ejemplificó.
A su juicio, los problemas de la economía argentina son otros, como "el cepo cambiario, la inflación y el estancamiento económico".
Deuda es mayor a lo que dice el gobierno
Para el profesor de economía y finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan José Cruces, "Argentina tiene capacidad de pagar con emisión de bonos nuevos, no al contado".
El "objetivo debiera ser cerrar definitivamente con todos los holdouts, no solo con los que han litigado. Naturalmente que el monto de los nuevos bonos no es deuda nueva, porque ese monto ya se debe, a pesar de que el gobierno no lo cuente. Es simplemente que falta documentar dicha deuda", explicó a Sputnik Nóvosti.
En su opinión, "resuelto este problema, se normalizaría nuestra relación con los mercados financieros internacionales, y podría comenzar un nuevo ciclo de confianza e inversión en Argentina".
Cruces estimó que "el nivel de endeudamiento es más alto que lo que dice el gobierno, ya que hay muchas deudas que el gobierno no incorpora a su cuenta", pero "aun con la emisión de nuevos bonos para cerrar este conflicto, tendríamos un nivel de endeudamiento similar al promedio de los países vecinos".
A partir de ese punto "es muy importante ser prudentes en la emisión de nueva deuda, que es la contracara del déficit fiscal. Si detestamos ser rehenes de los volátiles humores de los mercados financieros, debemos militar por la solvencia fiscal intertemporal", aseveró.