En el caso de la reelección presidencial, los datos de la encuesta mostraron un giro de 180º ente los resultados de la década anterior y los de este martes, en apenas diez años de ha pasado de un apoyo a la reelección del 65% y un rechazo del 33% a un apoyo a la reelección de un escaso 30% y un rechazo del 67%.
Precisamente, el pasado miércoles el Congreso de los Diputados de Brasil aprobó, por 452 votos contra 19, el fin de la reelección presidencial en el país siempre y cuando no esté en el programa electoral del político, una propuesta que ya esgrimió en la última carrera presidencial la candidata del Partido Socialista de Brasil (PSC), Marina Silva, pero que todavía deberá ser ratificada en el Senado Federal.
En cuanto la obligatoriedad del voto en el país, la evolución a resultado similar registrándose un aumento del rechazo a la obligatoriedad que pasó del 54% en las elecciones presidenciales de octubre de 2014 al 66% actual, aunque resulta curioso que ese rechazo se concentra en la población con mayor nivel adquisitivo (62%) frente a la población humilde (35%).
Este último dato resulta interesante puesto que las poblaciones de rentas bajas del Nordeste y Norte del país son votantes acérrimos del Partido de los Trabajadores (PT) y resultaron clave en la reelección de la presidenta Dilma Rousseff.
Sin embargo, las clases medias y altas del Sur y Sudeste del país fueron más proclives a votar por el candidato del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), Aécio Neves.