Según Song al diario China Daily, el láser "tiene un rayo de luz estrecho que permite una mayor puntería y muestra una excelente resistencia a elementos electromagnéticos externos".
Precisó que la tecnología láser "puede efectuar escáneres tridimensionales y en todas direcciones desde la superficie hasta los límites de la capa terrestre, así que puede medir casi cualquier elemento del aire que perjudica nuestra salud".
El instituto ha volcado sus investigaciones en el campo medioambiental con el fin de ayudar al control de la contaminación de las principales ciudades chinas luego que Pekín ordenase en los últimos años una actitud más transparente.
La tecnología láser también puede medir la concentración de las partículas PM2.5, las más pequeñas y peligrosas para la salud humana.
El instituto está desarrollando unos equipos que podrán medir la distribución de polvo y niebla, pronosticar tormentas de arena, calcular los niveles de partículas y analizar la concentración de contaminantes químicos.
Los aparatos son mucho más pequeños que los que actualmente miden la contaminación por sistemas gravimétricos y utilizan menos energía.
Su menor tamaño permite colocarlos en automóviles, aviones e incluso satélites.
La contaminación alcanzada después de tres décadas de crecimiento económico estimulado por los procesos de industrialización y urbanización es una de las mayores preocupaciones de la población china.
El primer ministro, Li Keqiang, declaró el pasado año formalmente la guerra a la contaminación.