"Quería iniciar una guerra racial", ha admitido durante su interrogatorio Roof que compareció hoy viernes por videoconferencia ante el juez que le hizo lectura de sus cargos y fijó la fianza en un millón de dólares estadounidenses, al tiempo de dictaminar que el joven permanecerá en custodia.
Mientras el FBI y las autoridades locales redoblan la investigación ya se sabe que Roof fue detenido gracias a que una conductora, Debbie Dills, vio un coche de aspecto similar al que supuestamente conducía el asesino, y lo siguió durante más de 50 kilómetros mientras informaba por teléfono a las autoridades.
También ha trascendido que Roof, conocido entre sus amistades por sus veleidades racistas y su admiración por la Sudáfrica del Aparheid, respondió a una de sus víctimas, que suplicaba clemencia, "Habéis violado a nuestras mujeres, y estáis tomando el país… Sólo hago lo que tengo que hacer".
La matanza, que llevó al presidente Obama a preguntarse si alguna vez EEUU corregirá las causas de "una violencia que no se da, y desde luego no con esta frecuencia, en el resto de países desarrollados", podría conducir a Roof a la silla eléctrica.
Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur, ha declarado que "estamos heridos tras la muerte de 9 inocentes, y sin duda queremos la pena de muerte".