La cantidad de material sería suficiente para equipar a una brigada de 3.000 a 5.000 militares estadounidenses.
De aprobarse la propuesta, será la primera vez desde el final de la guerra fría que EEUU despliegue armamento pesado en los nuevos países miembros de la OTAN en Europa del Este que en el pasado pertenecieron a la esfera de influencia soviética.
"Es un cambio muy significativo en la política", opina el almirante retirado James Stavridis, ex jefe de las tropas de la OTAN y actualmente decano de la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia de la Universidad Tufts.
La decisión, a su juicio, "Proporciona un nivel razonable de seguridad a los aliados que están nerviosos".
"Nada es tan bueno como tropas estacionadas sobre el terreno con carácter permanente, por supuesto", añade Stavridis.
El portavoz del Pentágono, coronel Steven Warren, ha aclarado que "militares estadounidenses siguen estudiando conjuntamente con los aliados la mejor ubicación para almacenar estos materiales".
Por ahora, según él, no se ha tomado ninguna decisión sobre el traslado de estos equipos.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014.
Rusia ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y desea que el país vecino supere la crisis cuanto antes.