Airbus, el mayor grupo aeroespacial europeo, podría reanudar pronto los vuelos de prueba de este modelo y restablecer las entregas suspendidas tras el siniestro en el que murieron cuatro trabajadores de la compañía.
Pedro Morenés, ministro de Defensa, explicó ayer en una entrevista al diario El País que "si las respuestas a las preguntas son positivas, se restablecerán los vuelos de prueba de los prototipos en tierra y, desde ahí, se empezará a dar autorización a los otros".
"Se trata de permitir a la compañía implementar las correcciones que consideren apropiadas y seguir operando, que es lo que queremos", puntualizó.
El ministro recordó las palabras de Fernando Alonso, jefe de la división de aeronaves militares de Airbus, al decir que "este no es un problema de Sevilla, Toulouse o Hamburgo, sino de Airbus".
"La responsabilidad de los productos de esta compañía es de la misma empresa, independiente de donde fueron producidos, agregó para acallar las críticas contra la factoría sevillana, que sólo fabrica el 10% de lo que después montan.
El presidente ejecutivo de Airbus, Tom Enders, en declaraciones facilitadas por la portavoz, se mostró "plenamente de acuerdo con Pedro Morenés, es un problema para Airbus en general y no sólo de Sevilla o de nuestro personal trabajador y extremadamente dedicado que produce el A400M".
Ayer domingo, una portavoz de Airbus Defence & Space anunció que la empresa espera "poder volar nuestro avión de producción pronto".
Hay "dos aeronaves listas para empezar el proceso de entrega tan pronto como la suspensión temporal de la licencia sea levantada", señaló.
El pasado 3 de junio, la empresa atribuyó el fatal accidente a que tres de los cuatro motores del Airbus fallaron antes de que la nave se estrellase.
Los tres motores experimentaron "una congelación de la potencia" después del despegue y "no respondieron a los intentos de la tripulación", que quería controlar los niveles de forma habitual.
Sólo el cuarto motor respondió a las demandas de los pilotos, sin embargo, no fue suficiente, señalaba el informe.
El fallo simultáneo en los tres motores provocó un fallo en el sistema informático de las unidades de Control Eléctricas, según demostró la lectura de las cajas negras.
El accidente hizo peligrar el desarrollo del programa del Airbus A400M.
Varios países confirmaron la paralización de los vuelos de aviones de transporte militar de características similares al accidentado.
El A400M es el avión militar de hélice más grande del mundo. Su producción industrial empezó en 2011.
El proyecto nació en 2003 tras el acuerdo alcanzado por siete países (Alemania, Francia, España, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Luxemburgo) que se comprometieron a comprar 180 unidades con una inversión inicial de 20.000 millones de euros.
Airbus había decidido hace alguna semanas centralizar en Sevilla toda la gestión operativa de este modelo, que hasta el momento estaba dividida entre Hamburgo y Toulouse.
España preveía comprar 27 aeronaves de este modelo y la primera entrega estaba prevista para inicios del próximo año.
Con esta compra, el Gobierno de España buscaba reemplazar los aviones estadounidenses de transporte táctico Hércules C-130, en servicio en el Ejército del Aire desde 1973.