Hamás es una rama de los Hermanos Musulmanes de Egipto, que las autoridades también declararon grupo terrorista en diciembre del 2013 y que han reprimido desde que el ejército derrocó al presidente egipcio islamista Mohamed Mursi en julio del 2013.
El Cairo desempeñó durante muchos años un papel central en las negociaciones entre Israel y Hamás cuando había conflictos en Gaza para conseguir treguas. La última fue la alcanzada entre las dos partes el pasado agosto y puso fin a 50 días de ofensiva militar israelí en Gaza y de lanzamiento de cohetes de grupos palestinos sobre Israel.
El abogado egipcio Ashraf el Said presentó una demanda contra el grupo islamista palestino que gobierna de facto en Gaza en la que acusaba a Hamás de estar implicado en ataques terroristas contra las fuerzas de seguridad egipcias.
En mayo, el Tribunal Penal de El Cairo condenó a pena de muerte preliminar a un número de miembros de Hamás juzgados en ausencia, en el juicio conocido como el caso de la prisión de Wadi al Natrun.
Los miembros de Hamás fueron condenados, junto a Mursi, de haber dañado e incendiado edificios de la cárcel, de asesinato, intento de asesinato, saqueo de depósitos de armas de la prisión y de liberar a los presos, durante la revolución de 2011 que derrocó al entonces presidente Hosni Mubarak. El veredicto final del caso se emitirá el 16 de junio.
La relación entre Egipto y Hamás se agrió después de que Mursi fuera derrocado en el 2013. Egipto acusó a Hamás de apoyar a los insurgentes islamistas que han estado atacando durante años a las fuerzas de seguridad en la península del Sinaí.
Hamás ha negado en repetidas ocasiones interferir en los asuntos internos de Egipto. El portavoz del movimiento palestino Sami Abu Zuhri ha dicho que la sentencia de hoy representa “la confirmación del compromiso de El Cairo con su deber árabe nacional respecto a la cuestión palestina”.