El embajador ruso en Managua, Nikolai Vladímir, llegó para entregar el premio junto con otros funcionarios de la misión, a casa de Popova, de 94 años, que ya no puede salir por su edad avanzada.
Un grupo de nicaragüenses, que estudiaron en la Unión Soviética, asistieron también a la ceremonia.
"Aún en lugares tan lejanos, el Gobierno y el país recuerdan a los veteranos y nadie de los que está vivo, es olvidado", dijo Vladímir.
Cuando estalló la Gran Guerra Patria (1941-1945), Popova, en aquel entonces estudiante de medicina, no quiso salir de Moscú al encontrar trabajo en una fábrica de aviación.
La veterana recordó aquel período de su vida como muy duro cuando trabajó durante todos los años de la guerra desde las 06.00 de la madrugada hasta la medianoche.
"Comía solo sopa y un trozo de pan y donaba además medio litro de sangre al mes", contó Popova durante la recepción no oficial en su casa.