Un programa de ordenador del Instituto Biofabris, ligado al Ministerio de Ciencia y Tecnología, diseñó el molde exacto para el cráneo y una impresora en 3D produjo el modelo en resina y placas de titanio que ahora la joven lleva en la cabeza, aunque los médicos y técnicos tuvieron que pedir un permiso especial a las autoridades, ya que el material utilizado aún no está aprobado en todos los casos.
"Este procedimiento existe en otros países, lo inédito ahora es que se ha hecho con conocimiento nacional. Para nosotros es un gran avance, porque facilita la reconstrucción, permite un resultado estético extremadamente próximo a lo que era antes y añade valor a las competencias científicas y de manufacturas de Brasil", ha explicado el profesor del departamento de cirugía plástica del hospital, Paulo Kharmandayan, en declaraciones a "Globo".
Cussioli tenía una brecha de 12 centímetros en la cabeza desde hacía ocho meses, en los que no ha dejado de sufrir fuertes dolores y mareos. Su familia buscó opciones para que se le implantara una prótesis, pero eran todas muy caras o inviables, hasta que se toparon con el Instituto Biofabris.
La operación ha sido realizada dentro del Sistema Único de Salud (SUS), la red de sanidad pública brasileña, como parte de una investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Campinas, pero a pesar del éxito aún no hay fecha para que este tipo de procedimiento llegue a toda la población.