El balance que incluye a casi 300 heridos, fue actualizado por autoridades de Protección Civil mientras el presidente Enrique Peña Nieto recorría la zona por segunda ocasión, antes de viajar a Ciudad de México para recibir la visita de Estado de la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff.
"Este tornado fue verdaderamente algo intempestivo, no esperado, como ya se ha señalado, y lo que explica que no hubiese habido ni siquiera una alerta porque, simplemente, fue algo que se formó de manera muy súbita", explicó el mandatario a los habitantes de la ciudad del estado de Coahuila, fronterizo con Texas, EEUU.
El mandatario dijo que unas 750 viviendas, según la estimación de las autoridades, están dañadas.
"Creo que a simple vista se ve el nivel de afectación en las viviendas, los vehículos que fueron arrastrados, levantados; varias casas tuvieron el impacto de vehículos que cayeron encima de ellas; hay vehículos, hay camiones de transporte que se pueden apreciar", relató el Presidente.
El mandatario ofreció a los afectados el apoyo federal mediante un Comité de Protección Civil a las víctimas, a quienes expresó: "Sé que hay en muchos de ustedes desesperación e incertidumbre sobre lo que habrá de ocurrir".
El líder mexicano anunció la habilitación de albergues, donde los habitantes reciben alimentación: "No los vamos a dejar solos, estamos con ustedes", aseguró.
El servicio de agua potable se ha restablecido en un 100 por ciento y el servicio de energía eléctrica fluye en un 60 por ciento. Tres escuelas fueron seriamente dañadas y "se van a reconstruir esas tres escuelas" de tres colonias afectadas por el fenómeno, anunció Peña Nieto.