De acuerdo con estos datos, el porcentaje del voto aumentó respecto a 2011 en Cataluña, con 2,93 puntos más; País Vasco, apenas un cuarto de punto más; Madrid, también un cuarto de punto más, y Navarra, con 1,64 puntos más.
Estas son las elecciones más reñidas que se viven en España desde la llegada de la democracia a finales de los años setenta.
En juego están 8.100 municipios, 13 regiones y el futuro del bipartidismo, en el que los conservadores del Partido Popular y los socialistas del PSOE se han repartido estos últimos 35 años el poder en España con tanta prepotencia que prácticamente se habían olvidado de los ciudadanos.
También servirán para conocer con más exactitud la fortaleza de las organizaciones ciudadanas surgida tras el nacimiento del movimiento de los indignados hace ahora cuatro años.
Podemos, la formación progresista que emergió con fuerza en las elecciones europeas de hace un año, no se presenta con su propio nombre en las municipales, pero si en las autonómicas.
Un total de 36.016.031 de españoles de los 8.122 municipios que hay en España están convocados a las urnas para elegir a los 67.640 concejales, 8.122 alcaldes, 2.955 alcaldes pedáneos de las Entidades Locales Menores de convocatoria estatal, 1.040 diputados provinciales y 155 consejeros de Cabildos Insulares.
Madrid y Barcelona serán claves para determinar en qué grado la crisis económica, pero también la crisis política y moral salpicada con graves escándalos de corrupción, decidirá el voto de los ciudadanos.
El aumento de participación tanto en Barcelona como en Madrid hace prever una posible subida de las coaliciones emergentes de izquierdas, en las que participa el partido que lidera Pablo Iglesias.
Los trackings de última hora mantenían que la coalición Ahora Madrid de Carmena se encontraba cuatro puntos por encima de Aguirre.
Los datos de participación revelan una mayor afluencia en los barrios populares, mientras que ha bajado en los feudos tradicionales del conservador Partido Popular, que lidera el presidente Mariano Rajoy.
En Barcelona los resultados de todas las encuestas dibujan un gobierno municipal que ganará en pluralidad política, por la entrada de dos partidos más (los independentistas de la CUP y el liberal unionista Ciudadanos.
Los sondeos ofrecen un empate técnico entre Convergencia i Unió (CIU), el partido nacionalista de derechas que dirige Artur Mas, y Barcelona en Comú, que lidera la activista Ada Colau y formado por una coalición de partidos de izquierda entre ellos Podemos.
Una victoria de Colau rompería el eje en el que ha girado estos dos últimos años la política centrada en el discurso nacionalista y no social.
La fragmentación no es situación nueva en Barcelona y parece que ha llegado para quedarse.
En los comicios europeos de hace un año ya se confirmó un escenario político insólito, en el que ningún partido político alcanzó el 40% de los votos en ninguno de los 73 distritos de la ciudad. Los antiguos feudos de la derecha y de los socialistas se difuminan.