"Las islas Kuriles como objeto de reclamaciones territoriales (de Japón) contra Rusia (…) será solo una molestia y un obstáculo para el desarrollo de la cooperación en otros ámbitos: economía, política, esfera humanitaria", dijo a la cadena Rossiya 24.
Indicó que este asunto siempre está presente en la agenda de reuniones y consultas entre representantes de Rusia y Japón.
Agregó que en la actualidad este diálogo continúa, pero con dificultades que se deben a las "razones que no están vinculadas a las relaciones bilaterales, sino a la influencia de fuerzas políticas que se encuentran a miles de kilómetros tanto de Rusia como de Japón".
Los políticos de Japón, continuó, no "ocultan que la decisión de unirse a la las sanciones (contra Rusia) fue tomada esencialmente bajo la presión de EEUU".
Según el parlamentario, la reunión entre el presidente ruso Vladímir Putin y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, "puede y debe celebrarse (…) hay que prepararla".
Con anterioridad, Japón impuso sanciones contra Rusia en apoyo de la postura de Occidente sobre el conflicto en Ucrania.
Japón reclama cuatro islas Kuriles –Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai– basándose en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia en 1855.
Tras la II Guerra Mundial, estos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética en virtud de varios acuerdos internacionales.
Tokio condicionó la firma del tratado de paz con Moscú a la devolución de estas islas.
Por su parte, Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS y se niega a revisarla.