La subasta puso en venta más de 400 objetos de colecciones privadas, muchos de los cuales se expusieron al público por primera vez, entre los cuales había cubiertos de plata, vajillas de porcelana, libros antiguos y fotos.
El interés principal de los que acudieron a la subasta lo acaparó la colección de antigüedades pertenecientes a los herederos del príncipe Gueorgui Mijáilovich, nieto del emperador Nikolái I, algunos de los cuales fueron obsequiados a su dueño por miembros de la familia real, entre ellos Nikolái II, el último zar ruso, así como por su madre, la emperatriz María Fiódorovna.
El objeto más caro vendido resultó ser una tabaquera, cuyo costo alcanzó los 665.000 dólares, regalo del emperador al jefe de la misión búlgara durante su reunión en la Haya en 1899, cuyo precio inicial no superaba los 180.000 dólares.