"La declaración de la cumbre en Riga no incluirá referencia alguna a la ampliación de la UE, no es un tema de la reunión de Riga", anticipó en vísperas del encuentro un alto cargo de Bruselas.
La ampliación de la UE es "una pregunta que tendrá respuesta en un futuro y no ahora", recalcó.
El objetivo principal de la cumbre es, explicó, "dejar claro que la política hacia los países de la Asociación funciona, que mantenemos nuestro compromiso con ella y que la vamos a hacer más diferenciada".
A su vez, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió con anterioridad que "la Asociación Oriental aún no garantiza el ingreso en la UE", y que incluso un "acercamiento informal" con Europa tardaría varios años.
La Comisión Europea también anunció previamente que no prevé plantear la liberalización del régimen de visados a Ucrania y Georgia, los dos países de la Asociación que más insisten en su ambición europea.
Por el momento, Moldavia es el único de los seis miembros de la Asociación Oriental que ha logrado la supresión de visados con los Veintiocho.
El embajador letón para la Asociación Oriental, Juris Poikans, dijo por su parte que los participantes de la cumbre no prevén la firma de acuerdos de importancia.
"Todas las cumbres no pueden culminar con la firma de documentos políticos importantes", declaró Poikans, cuyo país ostenta durante este semestre la presidencia del Consejo de la UE.
Según Poikans, el objetivo de la reunión es "enviar una señal clara" de que los Veintiocho mantendrán su apoyo a Georgia, Moldavia y Ucrania, los tres países de la Asociación que el año pasado suscribieron acuerdos con la UE.
Respecto a los tres restantes –Armenia, Azerbaiyán y Bielorrusia– se aplicará un trato personalizado, agregó Poikans.
"Queremos decir a estos países que estamos dispuestos a cooperar a pesar del camino que han elegido", manifestó.
No obstante, tanto Kiev como Tiflis se muestran optimistas ante la cumbre y esperan de ella apoyos a su sueño europeísta.
En particular, se prevé la firma de un acuerdo definitivo para que Ucrania reciba el ya aprobado tercer tramo de ayuda europea por valor de 1.800 millones de euros.
Por su parte, Rusia seguirá muy de cerca la cumbre de Riga y sus decisiones, pese a que considera "exagerado" hablar del éxito de la Asociación Oriental, dijo el embajador ruso ante la UE, Vladímir Chizhov.
"Estamos muy pendientes y también seguiremos muy de cerca los contenidos del documento final", aseguró el diplomático en declaraciones a la cadena Rossiya 24.
Moscú es consciente de que "algunos países apuestan por reforzar la política antirrusa, mientras que otros se oponen a ello", explicó Chizhov.
La Asociación Europea es un programa comunitario para desarrollar la cooperación con seis antiguas repúblicas soviéticas (Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania).
Tres de estos países –Georgia, Moldavia y Ucrania– firmaron el año pasado sendos acuerdos de asociación con la UE.
La reunión de Riga es la cuarta cumbre de la Asociación Europea; la primera se celebró en 2009 en Praga.
El encuentro arrancará la noche del jueves con una cena de trabajo y además de los asuntos de la propia Asociación, abordará temas de la actualidad internacional como la crisis ucraniana.