Según fuentes del rotativo cercanas al Ministerio de Defensa, este acuerdo hace tiempo que no se cumple y su rechazo oficial afectaría seriamente la imagen de Ucrania como uno de los garantes del arreglo en el conflicto en la vecina Moldavia.
El acuerdo fue firmado por Rusia y Ucrania el 25 de noviembre de 1995 en Sochi, aunque de facto no se cumple desde marzo de 2014, cuando Kiev limitó considerablemente el transporte de cargas por su frontera con la región moldava de Transnistria, lo que incluye indumentarias para las fuerzas de paz rusas desplegadas en esa zona.
Transnistria, donde rusos y ucranianos constituyen el 60% de la población, luchó por separarse de Moldavia ya antes del desmoronamiento de la Unión Soviética, temiendo que la propagación del nacionalismo empujara a los moldavos a unirse a Rumanía.
Moldavia perdió el control sobre los territorios en la orilla izquierda del río Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto está a cargo de un contingente mixto que incluye efectivos de Rusia, Moldavia y Transnistria, así como observadores militares de Ucrania.
Actualmente Transnistria está fuera del control de Chisinau y posee todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia. El idioma oficial de la república es el ruso.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, anunció en marzo que acordó con el Gobierno de Rumanía contribuir a que se descongele el conflicto de Transnistria y ayudar a Moldavia restablecer su integridad territorial.