"En la reunión se discutirán los borradores de la normativa del acuerdo y las políticas operacionales", ha asegurado un comunicado.
La aceleración de los trámites para la puesta en marcha de la AIIB llega un día después de que Japón anunciase una mega inversión de 100 mil millones de dólares en infraestructuras como carreteras, puentes y otras construcciones en países asiáticos en desarrollo.
Esa cantidad es la misma con la que contará de inicio el banco apadrinado por Pekín, en el que Japón y Estados Unidos son las únicas grandes economías ausentes.
Durante unas semanas se especuló con la posible participación de Japón en el banco con sede en China, su rival regional y con el que acumula numerosos pleitos históricos.
Tokyo al final declinó esa posibilidad pero no cerró la puerta a entrar en el futuro.
El AIIB es la respuesta a la escasa representación de China y el resto de economías emergentes en los tradicionales instituciones financieras globales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El AIIB nace para financiar los proyectos de energía e infraestructura que necesita el continente.
Los 57 países que forman parte de la institución como miembros fundadores suponen un éxito para la diplomacia china y un fracaso para la estadounidense.
Incluso los tradicionales aliados desoyeron las peticiones de Washington para que ignorasen la iniciativa china.
Entre los miembros figuran cuatro de los cinco países representados en el Consejo de Seguridad de la ONU y la mitad de la Unión Europea.