"Tenemos que formar cada vez más a nuestros agentes, principalmente para atender las demandas en eventos futuros que llegarán a Río de Janeiro", explicó el director general del Departamento General de Policía Especializada (DPGE), Ronaldo Oliveira, quien coordina el proyecto junto al SENASP y que garantizó que "es el primer curso de otros muchos que le seguirán".
En este curso 40 agentes de la Policía Civil de Río de Janeiro aprenderán técnicas avanzadas de inteligencia para combatir el narcotráfico durante los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En concreto, la agencia dependiente del Ministerio de Justicia de Estados Unidos dará formación específica a la élite de varios organismos antidroga del país como la Comisaria del Combate Antidrogas (DCOD), Comisaria de Robos de Cargas (DFRC) y la Coordinadora de Recursos Especiales (CORE), esta última el equivalente brasileño de la Special Weapons And Tactics (SWAT) norteamericana.
Al parecer, la empresa pertenecía al diputado por Minas Gerais, Gustavo Perrella, hijo del senador del Partido Democrático Trabajista (PDT), Zezé Perrella, uno de los principales aliados de Aécio Neves en la coalición de 13 partidos,"Somos Minas Gerais", que le permitió a gobernar uno de los estados más ricos de Brasil durante casi siete años (2003-2010).
La historia vino avalada por las declaraciones del juez federal brasileño, Marcus Vinicius Figuereido de Oliveira, el cual se reunió con el agente de la Policía Federal de Brasil, Rafael Pacheco, y dos agentes de la DEA, los cuales explicaron al magistrado que "Brasil se transformó en el principal lugar de paso de la cocaína exportada a Europa" y que "al igual que en México el tráfico de droga alimenta a la política", aunque finalmente la supuesta investigación no condujo a resultados ciertos.
En declaraciones al diario brasileño Folha de Sao Paulo en 2013, el coordinador de la Ameripol, Marcos Alvar, señaló que Brasil se habría convertido en "el país de refugio de los jefes del narcotráfico de América Latina en fuga y puente principal de distribución de droga producida en el continente con destino a Europa" y aseguró que "a pesar de que la Policía Federal brasileña es altamente profesional, tiene menos de 8.000 hombres y faltan investigadores criminales en el país", para sentenciar que "falta también interés político".