
Además, Fernando Henrique Cardoso califica de "herencia maldita" la gestión del Gobierno del PT de la empresa petrolera Petrobras, complementando declaraciones recientes en las que llegó a asegurar que "quien engañó a los brasileños fue el lulopetismo" y que "Lula se ensució las manos de petróleo con su falsa autosuficiencia".
Por su parte, Lula da Silva, quien dejó su cargo con un apoyo del 87% de la opinión pública, respondió la semana pasada al expresidente Cardoso que "debería preocuparse en ser más admirado y no pedir que la sociedad repudie a alguien".
Cabe recordar que el PSDB estaría además maniobrando para lograr la inclusión como interrogado del expresidente en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre la corrupción en Petrobras, una pretensión que parece poco probable que llegue a realizarse.
Recientemente, la encuesta Datafolha consideró que Lula da Silva era el mejor presidente de la historia de Brasil para un 50% de los brasileños, mientras que solamente un 15% consideró a Cardoso como mejor presidente.
Esta misma encuesta le otorgó a Lula una intención de voto del 29% en unas eventuales elecciones presidenciales frente a un 33% del candidato del PSDB, Aécio Neves, a pesar de que el expresidente no ha hecho campaña política en su favor desde el año 2007.