Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta, comandará la delegación estadounidense, mientras que por parte cubana la persona designada será Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos del Ministerio de Exteriores.
Con esta serán cuatro la reuniones mantenidas entre los dos países desde diciembre de 2014, cuando Barack Obama y Raúl Castro anunciaran su intención de normalizar las relaciones y, en definitiva, de cambiar el curso de la historia.
Pero el de la diplomacia política no es el único tablero pleno de simbolismo donde esta deflagra, y para demostrarlo la Orquesta Sinfónica de Minnesota, que en sus más de cien años ha tenido directores musicales de tanto prestigio como Edo de Waart y Sir Neville Marriner, aterrizaba a principios de semana en Cuba.
El New York Times ha comparado su ejemplo con el de las filarmónicas de Filadelfia y Boston, que en los sesenta viajaron a China convertidas en "embajadores culturales" de EEUU y estandartes de un nuevo tiempo.
Para el rotativo neoyorquino el gesto de la orquesta con sede en Minneapolis es la vanguardia de lo que se espera sea un "aluvión de actividades culturales" en ambos sentidos.