Luis García Montero es optimista sobre la posibilidad de echar a los conservadores del Partido Popular de la poderosa Comunidad de Madrid, en donde llevan más de 20 años gobernando. El poeta denuncia en una entrevista con Sputnik Nóvosti que las élites económicas que defienden la ideología neoliberal quieren “liquidar la política” para acabar con todo lo que pueda “regularizar una respuesta organizada al mercado y a sus intereses”.
¿Las políticas de izquierda y el comunismo tienen recorrido en una Europa neoliberal?
Todas las encuestas sitúan al Partido Popular de Mariano Rajoy en primer lugar, a pesar de las políticas de recortes y los escándalos de corrupción.
Los medios de comunicación tienen mucha fuerza para crear corrientes de opinión y hay mucha gente muy desinformada. El conocimiento cercano de la política, de lo que se debate, incluso de las tramas de corrupción queda al margen de mucha gente que además ha comprado el mensaje de todos son iguales, da igual quien gobierne.
¿Pero ganará el PP?
Creo que la factura que va a pagar el PP es mucho más alta de lo que dicen las encuestas, va a tener un castigo muy notable y está bien que así sea.
¿Cómo es posible que se dé esta situación?
Ha habido una reacción clara de defensa de los intereses económicos a través de una ingeniera electoral. La única manera de cambiar el escenario político era la de tirar del PSOE a la izquierda y que el propio PSOE asumiese el fin del bipartidismo y de sus compromisos con los bancos y las élites económicas. Sus bases estaban por eso. Y era muy posible. Pero, los intereses económicos empezaron a trabajar. En primer lugar pusieron a Felipe González (expresidente socialista) y la vieja cúpula socialista a crear una situación para defender una gran coalición entre el PP y el PSOE a la alemana, como en Europa, una socialdemocracia muy involucrada a los intereses económicos de las élites económicas.
Paralelamente, se fabricaron con el apoyo de los poderes mediáticos nuevas alternativas políticas que rompiesen la izquierda o que llevasen el debate no a una discusión de izquierda si no a un populismo fácil de manipular a través de los medios de comunicación y eso es lo que se ha producido.
¿Es posible ahora una gran coalición de izquierdas en España?
Hablar de pactos de gobierno antes de que los ciudadanos voten parece antipático. No quiero hablar de pactos. Tengo claro que mi prioridad es expulsar al PP de las instituciones de Madrid y que trabajaremos para configurar una mayoría en la Asamblea, esa mayoría puede traducirse después en distintas formas de gobierno. A mí me interesa mucho más estar en la asamblea, que en un gobierno.
Pero hay quien defiende que debe gobernar el país más votado.
Las encuestas son poco favorables a Izquierda Unida.
Estamos en una situación difícil tanto porque ha surgido un partido nuevo que ocupa parte del espacio de Izquierda Unida como es Podemos y porque hay una situación de disputas internas muy centradas en el Partido Comunista y en la Comunidad de Madrid. Yo soy consciente de que si no hubiese existido esa dificultad ni mis compañeros me hubiesen propuesto encabezar la lista ni yo hubiese dicho que sí. Llevo 30 años de militancia en la formación, pero siempre como activista cultural, nunca había pensado en dedicarme a la representación institucional. Mi compromiso era este, aceptar la candidatura en un momento muy difícil. IU ha comprendido la demanda de la ciudadanía de que hay que presentar candidatos que tengan más que ver con la vida cotidiana de la calle que con los aparatos y la vida institucional.
¿Ve en el horizonte un hermanamiento Madrid-Moscú, que acerque posiciones?
Siempre ha habido muy buena mirada desde España hacia Rusia. Me acuerdo ahora de los textos de Antonio Machado, donde más allá de la política comunista y de la simpatía hacia el comunismo que en los años 30 tenían muchos intelectuales españoles, el poeta decía que había un hermanamiento espiritual, de gente que tenía valores y que reivindicaba el espíritu frente al puramente material. Me parece que tanto en Madrid como en Moscú haría falta que recuperáramos esa memoria y defendiésemos valores en esta época que está apostando por el mercantilismo.