Las negociaciones entre Atenas y la troika de acreedores (el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional) prevén que Grecia deba adoptar estrictas medidas de ahorro.
Según Schauble, el referéndum mostraría si el pueblo griego está dispuesto a aceptar estas medidas.
Die Welt señala que la idea del referéndum obtiene cada vez más apoyos por parte de la UE.
La semana pasada el presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, lo calificó de una solución, precisando que la votación "debe incluir las preguntas si Grecia quiere permanecer en la zona euro y las de las reformas necesarias".
Grecia lleva a cabo conversaciones con la UE y el FMI sobre un ajuste de deuda de más de 240.000 millones de dólares que se generó tras el "rescate" del presupuesto griego ante el riesgo de impago de 2010 y 2012.
Los pronósticos de los acreedores de que las severas medidas económicas permitirían a Grecia pagar los tramos del crédito no se cumplieron.
El partido de izquierda Syriza, que llegó al poder en enero, insistió en celebrar nuevas negociaciones con los acreedores.