"Las incesantes hostilidades en el Estado de Al Wahda obligaron a todas las ONG y las agencias de la ONU a evacuar su personal de la ciudad de Lira y otras localidades, por lo que de hecho cesó la ayuda humanitaria (…) y como consecuencia más de 300.000 civiles se vieron sin acceso a alimentos y la asistencia médica", señaló.
La reanudación de la violencia en Al Wahda se produjo cuando estaban agotadas las reservas de víveres, en el punto álgido de la temporada de la siembra, cuando la población no tiene cereales sobrantes.

Toby subrayó que las organizaciones humanitarias regresarán al estado de Al Wahda después de que se garanticen las medidas de seguridad.
La situación en Sudán del Sur se mantiene inestable.
A finales del año pasado, en Juba comenzaron desórdenes armados después de que el presidente, Salva Kiir, denunciara un intento de golpe de Estado, y acusara al líder rebelde Riek Machar de su organización.
El conflicto ocasionó numerosas víctimas y puso al borde de una catástrofe humanitaria a Sudán del Sur, país que se separó de Sudán en 2011.