"Creo que fue un error", dijo Wagner al responder a la pregunta correspondiente.
"Es necesario buscar puntos de coincidencia. Al no asistir al Desfile, desaprovecharon una oportunidad para sentar las bases del futuro arreglo de la crisis ucraniana", puntualizó el ministro y comentó que "el consenso se consigue mediante aproximación mutua, en vez de pelear y poner trabas".
Según Wagner, el Desfile de la Victoria en la Plaza Roja de este 9 de mayo fue "uno de los más hermosos que he visto jamás". Subrayó que el Día de la Victoria es una fiesta de especial importancia dada la "inestabilidad del mundo actual".
Comentó además que la aparición de la bandera de Rusia en las recientes solemnidades en homenaje a las víctimas de la II Guerra Mundial en Río de Janeiro representa una señal de justicia hacia el pueblo ruso que "sacrificó más de 25 millones de vidas" para derrotar al nazismo.
"Desde luego, no solo los rusos vivieron en la URSS, pero la mayoría sí eran rusos", comentó.
Al explicar la ausencia de la mandataria brasileña Dilma Rousseff en Moscú, Wagner subrayó que "hasta el último momento (la presidenta) hizo cuanto era posible para asistir" pero "por una lamentable coincidencia desde hacía mucho tenía planes de asistir a la boda de un amigo muy importante", algo que explica en una carta que envió al presidente ruso Vladímir Putin.
"La presidenta Dilma tenía muchísimas ganas de asistir al Desfile y homenajear aquí (en Moscú) el 70º aniversario del Día de la Victoria pero no pudo ser", dijo el jefe militar brasileño.
Este sábado, Rusia celebró el mayor Desfile de la Victoria de su historia, con la participación de más de 16.000 efectivos, 200 unidades de maquinaria bélica y unos 150 aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea.
Moscú invitó al evento a 68 líderes extranjeros, de los que asistió solo una treintena. Los dirigentes occidentales, como líderes de Alemania, EEUU, Francia y el Reino Unido, no se personaron.