Los conservadores se han hecho hasta el momento con 265 escaños en la Cámara de los Comunes, mientras que los laboristas obtienen 213 plazas; los nacionalistas escoceses, 55; los liberal-demócratas, 7; y el Partido de la Independencia, 1; y el resto de las formaciones, 14.
A su vez, el líder conservador David Cameron aseguró este viernes su renovación como primer ministro de Reino Unido, tras una noche electoral que confirma la victoria del partido conservador en Inglaterra y el dominio en Escocia de los independentistas del SNP.
Alex Salmond, anterior ministro principal de Escocia, retorna como diputado a la Cámara de los Comunes en la ola de apoyos logrado por el SNP, que según las mismas previsiones sumará 50 a los 6 escaños que tenía en Westminster.
La BBC otorga a los laboristas 232 cargos parlamentarios, un retroceso de 26 que pone en duda la continuidad de Ed Miliband al frente del partido.
Grandes figuras del laborismo, incluidos Douglas Alexander, director de la campaña electoral y portavoz de Exteriores, y el líder en Escocia, Jim Murphy, perdieron sus escaños en el sorprendente despunte del SNP.
"Ha sido una cruel noche", reconoció Clegg, aceptando el "castigo" del electorado a los cinco años de coalición de gobierno con los conservadores.
La campaña tory se centró en infundir miedo a una posible colaboración entre laboristas y nacionalistas escoceses, que acarrearía el caos económico y arriesgaría la unión del país.
Pero esta mañana, con la victoria prácticamente asegurada, Cameron emitió un mensaje de unidad y consenso al electorado de las cuatro naciones que conforman el Reino Unido.
"Quiero conciliar a todo nuestro país, nuestro Reino Unido, implementando lo antes posible la transferencia de poderes a Escocia y Gales", dijo.
El programa conservador incluye también una reforma parlamentaria para asegurar cierta capacidad de veto de los "diputados ingleses sobre leyes inglesas".