Según las estimaciones de los agentes, la red criminal que incluía 313 integrantes entre empresarios, funcionarios públicos, mineros, joyeros e incluso pilotos de aviación, extraía un promedio de 160 kilogramos de oro por mes generando unos beneficios de 5 millones de dólares, que posteriormente sería blanqueado a través de otras actividades ilícitas.
El extraño nombre asignado a la misión 'Warari Koxi', significa literalmente "espíritu de puerco" y es la expresión más común del pueblo yanomami para referirse a las acciones que degradan el medio ambiente, algo que ocurría con la actividad minera de la red ilegal que utilizaba grandes cantidades de mercurio para separar el oro de otros elementos.
Según los datos de la Fundación Nacional del Indígena (FUNAi), en la Tierra Indígena Yanomami, con una extensión de 9,6 millones de hectáreas y 25,000 nativos, actúan al menos 3.000 mineros ilegales y el número continúa en aumento a pesar de las 28 operaciones de este tipo que el Ministerio Público efectuó en 2014.