El ejecutivo es acusado de ser el principal articulador de los contratos de Petrobras con las empresas que pagaron sustanciosos sobornos a la red mafiosa que operó en la petrolera.
Aun así, el vicepresidente de la CPI y miembro del Partido Social Democrata de Brasil (PSDB), Antonio Imbassahy, se mostró optimista sobre la posibilidad de que Costa cambie su parecer debido a que "sus confesiones a la Policía Federal y el Ministerio Público ya son conocidas" y, por tanto, "la expectativa es que contribuya a los trabajos de la comisión".
Sin embargo, la gran atención de esta declaración está centrada en las preguntas que dirigirá el diputado del Partido de los Trabajadores (PT), Valmir Prascidelli, el cual interrogará a Costa sobre los supuestos delitos ocurridos en la petrolera durante el gobierno del expresidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, desde 1995 a 2002, una posibilidad sugerida por la propia Dilma Rousseff quien afirmó que "la corrupción en Petrobras no se inventó ayer".
En caso de que se desvele la implicación del anterior gobierno del PSDB en la trama de corrupción se desmontaría completamente los argumentos de la principal fuerza de oposición que desde hace meses ha exigido la imputación de miembros del gobierno del PT y ha llegados insinuar la relación de Lula da Silva y Dilma Rousseff con la corrupción.
Las declaraciones de Costa a la Policía y a la Justicia Federal han sido la base acusatoria para 47 políticos de todos los partidos que, sin embargo, la prensa conservadora del país han centrado en el extesorero del PT, Joao Vaccari Neto, debido a su reciente prisión preventiva en la séptima fase de la Operación Lava Jato.