En un viaje de regreso de Moscú, en julio de 2012, el monarca les confesó a los periodistas que le acompañaban "le quiero mucho", en referencia al dirigente ruso, recuerda Romero, que siguió durante varios años la información de la Casa Real.
La periodista relata ahora que los asesores de Juan Carlos pidieron a los corresponsales que no publicaran esta frase, que había sido dicha off the record y ella lo respetó incluso con el libro, pero cree que hoy ya se puede explicar.

Las personas que entrevistó para su libro "coincidían en describir a don Juan Carlos y a Putin como hombres de acción muy similares, como grandes líderes, con un carácter fuerte, con un gran amor por la naturaleza, por el vino, por la familia, por las mujeres, por la acción, por la patria en el sentido antiguo", dice.
"El rey considera que debe intervenir y mejorar las relaciones, como ha hecho otras muchas veces con otros países, incluido EEUU", explica.
Y pide a Corina Zu Sayn-Wittgenstein, su compañera sentimental hasta el año pasado, "que le ayude".
"Corina utiliza sus propios contactos y uno de ellos es Vladimir Lisin, un poderoso hombre de negocios muy cercano a Putin, y facilita ese primer viaje de julio de 2005 del monarca a Rusia, que sale muy bien", relata
"Es cuando la química entre el rey y Putin empieza a funcionar y llega hasta hoy día", asegura Romero.
En su libro, Romero escribe que "entre 2004 y 2008, Juan Carlos I realizó al menos media docena de viajes privados a Rusia que le ayudaron a consolidar con Putin una amistad profunda que continúa al día de hoy".
Entre ambos existe una "variada paleta de intereses comunes: la caza, los buenos vinos, las bellas mujeres, el patriotismo, el modo directo de conversar y la admiración por un liderazgo fuerte".
Y recuerda en el libro que "se decía de Juan Carlos I y de Putin que eran los dos únicos líderes europeos al frente de sus países en un continente que echaba de menos a hombres visionarios como Helmut Kohl, Mijail Gorbachov o Felipe González".
Romero asegura que está convencida de que el monarca emérito "sigue queriendo mucho a Putin, porque la relación es personal y va mucho más allá de sus cargos políticos".
"No se si Juan Carlos I sigue viendo a Putin, pero no me extrañaría nada", concluye la periodista.