En el monumento están grabados los nombres de 66 soldados soviéticos y de 13 mongoles, en la fosa común descansan los restos mortales de 60 de ellos.
Una caravana de vehículos con diplomáticos de Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Mongolia, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y Rusia salió de la embajada rusa en Pekín y se dirigió al conjunto conmemorativo que se encuentra a 300 kilómetros de la capital china.
En el distrito de Zhangbei se les unieron representantes de autoridades locales.
Tras la ceremonia de depositar coronas, el embajador ruso, Andréi Denísov, dijo: "Recordaremos siempre a precio de qué colosales sacrificios los pueblos de la Unión Soviética, Mongolia, China y de otros países aliados lograron obtener la victoria, impedir la propagación de la ideología y la práctica del nazismo y el militarismo y restablecer la paz en el planeta" y al final del discurso exclamó: "¡Nunca olvidaremos la proeza de ustedes!"
Los diplomáticos visitaron también la fosa común y el museo conmemorativo, donde dejaron sus anotaciones en el libro de huéspedes de honor.
Al cumplir los compromisos asumidos en la Conferencia de Yalta de febrero de 1945, la Unión Soviética entró en la guerra contra Japón pasados 3 meses desde la capitulación de la Alemania nazi y el fin de la guerra en Europa.
La operación estratégica de Manchuria se llevó a cabo por los Frentes de Transbaikalia y de Lejano Oriente de la URSS, en el flanco derecho del primero actuó un grupo soviético-mongol que avanzó en dirección de las ciudades de Zhangjiakou y Chengde.
El Frente de Transbaikalia perdió 2.228 efectivos y el Ejército Popular Revolucionario Mongol, unos 200.