El origen de la protesta ha sido la brutalidad utilizada por un agente contra un soldado etíope el domingo pasado en Holon, en las afueras de Tel Aviv. Los hechos quedaron recogidos por un vídeo que circuló en los medios locales y en las redes sociales.
En las imágenes se ve cómo el soldado, Demas Fekadeh, no se mueve del lugar donde se encuentra, en la calle, después de que un policía se lo ordene debido a la evacuación de la zona por la sospecha de que había un explosivo. Acto seguido, otro policía empuja a Fekadeh y luego le pega varias veces y lo tira al suelo.
El jueves pasado se llevó a cabo otra manifestación por este motivo en Jerusalén, que acabó también con enfrentamientos.
Los manifestantes en Tel Aviv han cortado el tráfico en el centro de la ciudad y han provocado el cierre de la principal autopista –Ayalon– durante tres horas. La protesta se ha trasladado luego a la Plaza de Rabin, donde se encuentra el ayuntamiento de Tel Aviv.
En la plaza han empezado los enfrentamientos violentos y allí han resultado heridos 11 policías y cuatro manifestantes. Los agentes han utilizado granadas de aturdimiento y espray pimienta en un intento de dispersar a la multitud. Algunos manifestantes han lanzado piedras y botellas a la policía, algunos llevaban el rostro cubierto.
Antes de que se produjeran los disturbios, centenares de personas, mayoritariamente de la comunidad etíope de Israel y también activistas, han protestado contra la discriminación y la brutalidad policial en Tel Aviv. Muchos han gritado "No es negro, no blanco, todos somos seres humanos”.
