"Según nuestros datos, el número de los refugiados que abandonaron Burundi supera los 26.000; se dirigen hacia Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo. La mayoría huyen hacia Ruanda", señaló.
Previamente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mandó a Burundi a un enviado especial y condenó la violencia que comenzó después de que el presidente actual, Pierre Nkurunziza, que está finalizando su segundo mandato, volviera a presentar su candidatura.
Ban Ki-moon llamó a las autoridades de Burundi a "realizar una investigación operativa de las muertes ocurridas durante las últimas manifestaciones y castigar a los responsables".