El USS Porter se une así a los otros dos destructores ya desplegados en la misma base, el USS Donald Cook y el USS Ross, que llegaron el pasado año.
La ceremonia de bienvenida ha estado presidida por el el Almirante de la Flota español, Santiago Bolíbar Piñeiro, y el embajador de EEUU en España, James Costos.
"La llegada del USS Porter supone la continuación del despliegue del escudo antimisiles de la OTAN en la región mediterránea, que concluirá con la incorporación de un destructor de la misma clase más, el USS Carney", informó la Armada Española en un comunicado.
El USS Carney llegará a la base gaditana en otoño concluyendo así el despliegue que permitirá a Washington tener siempre dos buques de la clase Arleigh Burke, capaz de detectar, seguir y destruir misiles amenazantes, en aguas del Mediterráneo o para su despliegue donde se precise.
El embajador norteamericano calificó el acontecimiento de "una asociación duradera" con España "que sirve a los intereses comunes", que tendrá "un impacto económico positivo" y que sirve para compartir "tecnología de vanguardia, interoperabilidad sin precedentes".
Pero hasta ahora, el cometido de los buques de la US Navy del escudo antimisiles de la OTAN amarrados en Rota ha sido diferente al previsto.
Según publicó el diario El Páis el pasado mes de enero "el primer buque que arribó a Rota, el USS Donald Cook, en febrero pasado", en referencia a 2014, "zarpó casi de inmediato hacia el Mar Negro, para exhibir músculo ante Rusia en plena crisis de Ucrania, y lo mismo hizo el segundo, el USS Ross".
Estados Unidos también quiere que la actual base de Morón de la Frontera, en Sevilla, se convierta en permanente para su contingente de respuesta ante posibles crisis en África, una fuerza que la Casa Blanca ampliaría hasta los 3.000 militares.
El secretario de Defensa, Chuk Hagel, envió una carta a principios de diciembre pasado a Madrid con esta solicitud.
En la misiva, se pide que el "permiso temporal para el estacionamiento en la base sevillana de una fuerza de élite del Cuerpo de Marines se convierta en definitiva y, además, se amplíe sustancialmente el máximo actual, fijado en 850 militares (1.110 durante los relevos)".
Washington y el Gobierno del conservador Mariano Rajoy estarían interesados en modificar el convenio bilateral de Defensa antes de las elecciones generales de este próximo otoño, ya que la irrupción de nuevas fuerzas progresistas podría impedir la renovación del acuerdo.
La petición de Estados Unidos consolidaría el papel de España "como elemento clave de la estrategia del Pentágono", según El País.
El diario explica que la Fuerza Especial Tierra-Aire de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines (SP-MAGTF Crisis Response) "fue creada en 2013, a raíz del asalto al consulado estadounidense de Bengasi (Libia), ante la necesidad de contar en Europa con una unidad de reacción rápida para intervenir ante posibles crisis en África".
De momento, los marines se han desplazado dos veces a la base de Sigonella (Italia) para una "posible intervención en Libia" y participaron en la evacuación de la colonia norteamericana en Sudán del Sur y en la crisis del ébola en Liberia.
El Gobierno español informó en su día que la misión de los militares estadounidenses en Morón es "la ejecución de operaciones de respuesta ante crisis, contingencias de ámbito limitado y operaciones logísticas para proteger a ciudadanos norteamericanos, instalaciones y otro personal que se designe en regiones del norte y oeste de África".